Si hay algo que cambia enormemente el aspecto de los ambientes del hogar es mantener limpios los vidrios de las ventanas. Sin embargo, no siempre resultan fáciles de limpiar porque muchos productos tiende a dejar marcas indeseables. Pero hay algunos trucos caseros que sirven para dejarlas relucientes y sin ningún tipo de rastro.
El truco casero para quitar las manchas de lavandina de la ropa con solo un ingredienteAunque parezca un reto, es posible limpiar vidrios dejándolos tan pulcros que pasen desapercibidos. Pero el secreto no está en utilizar los clásicos limpiavidrios que pueden ser costosos y poco eficientes, sino en utilizar un líquido que solemos tener en algún rincón del hogar.
Truco casero: limpiar vidrios y ventanas con un solo ingrediente
Se trata de un producto que se utiliza en el botiquín de primeros auxilios, el agua oxigenada. Pero no es suficiente contar con este líquido, sino que es importante tener en cuenta sobre qué paño se aplica para limpiar. Lo recomendable es utilizar microfibra, que no deja pelusas ni marcas a diferencia de otros tejidos o materiales.
La forma de aplicar el agua oxigenada también influye en el resultado final. Se sugiere evitar verter el líquido en el paño y luego limpiar. Por el contrario, la aplicación debe ser directa sobre la ventana en forma de "S" o con un pulverizador, evitando también crear círculos. Esto permitirá que el producto se distribuya de manera uniforme.
Cómo limpiar ventanas con agua oxigenada
1. Preparar la mezcla: llenar un pulverizador con agua oxigenada y añadir unas gotas de detergente líquido.
2. Aplicar sobre los rieles: rociar generosamente la mezcla en los rieles de las ventanas, especialmente en las zonas donde más se acumula la suciedad.
3. Dejar actuar: dejar actuar la mezcla durante unos minutos para que pueda descomponer la suciedad acumulada.
4. Limpiar con un cepillo de dientes: utilizar un cepillo de dientes viejo para limpiar a fondo los rieles, aprovechando la acción de la solución para eliminar residuos y moho.
5. Enjuagar y secar: pasar un paño microfibra humedecido en agua caliente para retirar cualquier residuo de la solución y después secar con un trapo seco.